La calabacita, calabacín o zapallo, como se le conoce a esta y a sus variedades, es una hortaliza de color verde con pulpa amarilla, cuyas semillas tienen su mismo sabor.
Sopa de hinojo
El hinojo es uno de los ingredientes esenciales para las recetas de Santa Hildegarda, considerándolo un muy buen remedio debido a su valor nutricional.
Sopa de garbanzos
En el recetario “Cocinando con Santa Hildegarda” se recopilan las recetas que esta asombrosa mujer elaboró con base a lo que consideraba una buena dieta: verduras, frutas y espelta.
Huevos hilados
Llamado también “pelo de caballo”, este es un alimento peculiar en forma de hilos elaborado con yemas de huevo y azúcar, que se usa principalmente como decoración en distintos platillos.
Gigote de gallina
El nombre de este guiso a base de carne picada rehogada en manteca viene del francés gigot que significa “pierna”, pero con este platillo también podemos referirnos a cualquier guiso de menudencias que incluya variantes como jamón, tocino, chile verde y clavo.
Buñuelos de viento
En el recetario de Sor Juana hay tres formas de preparar buñuelos y en esta ocasión conocerás cómo elaborar los buñuelos de viento. Los cuales tradicionalmente tienen la forma de una bola pequeña, pero en la actualidad suelen prepararse con un molde que le da la forma de una flor o estrella.
Hojaldrado
No se sabe a ciencia cierta cuál es el origen de este tipo de masa crujiente, sin embargo, se tienen pruebas de que ha existido desde hace mucho tiempo. En la antigua Grecia realizaban hojaldres con muchas especias; los aztecas hacían delicados pasteles llamados “milhojas”, los cuales eran bastante similares al hojaldre.
Alfajores
El alfajor es un postre de origen mozárabe antes conocido como “al-hasú”; sus ingredientes han variado a través del tiempo, sin embargo, se acostumbra que el relleno se coloque entre galletas de mantequilla a modo de sándwich.
Torta del cielo
Este pastel de textura húmeda y suave es tradicional en la cocina yucateca. Se sirve especialmente para bodas, cumpleaños y otras celebraciones, pero su popularidad comenzó, aparentemente, cuando unas ancianas empezaron a venderlo en el hotel Casa del Balam.
Clemole de Oaxaca
El nombre de este platillo tiene su origen de dos términos del náhuatl: tetl, que significa “fuego”, y molli, cuyo significado es “mole”; de ahí pasó a “tlemole” y luego a “clemole”, como se le conoce actualmente.