Viajes en vapor y tren. Notas para el estudio de los cuentos y crónicas fronterizas de Laura Méndez de Cuenca

Viajes en vapor y tren. Notas para el estudio de los cuentos y crónicas fronterizas de Laura Méndez de Cuenca

Por Elizabeth Villa


El motivo del viaje es un elemento con fuerte presencia en la narrativa de Laura Méndez de Cuenca. Dentro del contexto de renacimiento cultural y literario del que la autora formó parte, la lectura de estos cuentos y crónicas adquiere un sentido altamente nacionalista, que buscaba el afianzamiento de la identidad mexicana en contraste con el avance territorial y tecnológico de los Estados Unidos de Norteamérica, en el tránsito coyuntural de los siglos XIX al XX. 

La escritura narrativa de Laura Méndez ocupa un lugar relevante dentro de su producción creativa. Es, de muchas maneras, el resultado de una serie de desplazamientos y viajes entre el centro y la periferia de una mexicanidad que comenzaba a tomar cuerpo mediante una serie de prácticas culturales sancionadas positivamente. 

Su historia como narradora inicia con su propio traslado como profesional de las letras, de la Ciudad de México hacia San Francisco, California en 1891. Laura, quien se había iniciado años antes como una poeta romántica dentro de la sociedad literaria Nezahualcóyotl (1867-1878), migró hacia otras formas de escritura después de su larga estancia en el extranjero. Este cambio de piel del oficio de poeta al de narradora puede ser explicado a varios niveles interpretativos. Quienes han estudiado el comportamiento de su profesión en relación a su propia vida y contexto ―como Mílada Bazant y Leticia Romero― señalan que habrían sido las decepciones amorosas, unidas a las dificultades para conseguir un salario digno, lo que llevaría a Laura Méndez a buscar su propio lugar en el campo cultural y en la escritura. 

El primer drama vivido por Laura Méndez la colocó en una posición vulnerable para una mujer del siglo XIX. De su breve noviazgo con el poeta Manuel Acuña, la escritora concibió un hijo que nació fuera del amparo social del matrimonio y que fallecería poco después que su padre. El suicidio de Acuña dejó a Laura Méndez sin la protectora reputación que su situación le ameritaba. Aunado a esto, y fuera de todas las convenciones sociales de su época, Laura se unió de manera libre al escritor Agustín Cuenca, con quien concibió siete hijos más. El deceso de su segunda pareja y la muerte de tres de sus vástagos llevaron a la autora a conseguir el título de maestra educadora, a fin de ganarse la vida dentro del magisterio. No obstante, y de acuerdo con su biógrafa Mílada Bazant, la reputación que pesaba sobre Laura y su difícil carácter le habrían impedido conseguir un empleo como profesora. 

Ante estas difíciles circunstancias, Méndez de Cuenca decidió emprender una acción radical: expatriarse y aceptar un cargo en la editorial Bancroft Press, en San Francisco, California.  Aunque se desconoce cómo es que esta oferta llegó a Laura, sí ha sido posible rastrear su arribo a la ciudad y sus experiencias como extranjera en ella, gracias a las cartas que se intercambió con personajes notables del pensamiento liberalista mexicano como Enrique Olavarría y Ferrari. 

Las experiencias vividas en el extranjero dejaron una marca contundente en varios de los escritos de Méndez de Cuenca. En un conjunto de crónicas y cuentos de la autora, cuyas tramas se desarrollan fuera del país, es posible identificar la observación acuciosa que se detiene a establecer las diferencias culturales entre los lugares que recrea y la nación mexicana; siempre con la intención de realizar un balance comparativo entre el carácter extranjero y lo nacional. Entre estas narraciones y crónicas contamos las siguientes: 

TítuloGéneroLugar y fecha de publicación
Trabajar para síCuentoEl Universal, 18 de agosto de 1890
La confesión de AlmaCuentoSan Francisco, Ca., abril de 1896
Casto PorragasCuentoEl Imparcial, 15 de noviembre de 1908
La curvaCuentoEl Imparcial, 28 de diciembre de 1908
El chasco de Miss IsadoraCuentoEl Imparcial, 18 de abril de 1909
Un espanto de verdadCuentoEl Imparcial, 22 de abril de 1909
Rosas muertasCuentoEl Imparcial, 12 de mayo de 1909
El corpiño azulCuentoEl Imparcial, 21 de octubre de 1909
El locoCuentoEl Imparcial, 23 de noviembre de 1909
La patria formada de juguetes y la patria de jugueteCrónicaEl Imparcial, 15 de diciembre de 1907
San Nicolás y Santa ClausCrónicaEl Imparcial, 2 de febrero de 1908
Las tiendas al menudeoCrónicaEl Imparcial, 28 de abril de 1907. 

A este corpus de narraciones ya es posible aplicarles el adjetivo de fronterizos, puesto que las historias ocurren en lugares como San Francisco y la Alta California, Chicago y París, mismos que son figurados como espacios cosmopolitas en donde convergen personajes de distintas nacionalidades, idiomas, costumbres y sistemas de valores. No es que solo la autora plasme los cuadros cotidianos que tienen lugar fuera de México, sino que las descripciones de los caracteres y situaciones ajenas van seguidas de una reflexión que se ostenta como defensiva de las prácticas culturales que definen a lo mexicano. Sirven, pues, como una atalaya narrativa que defiende y vigila la penetración de las peligrosas influencias que podrían infiltrarse mediante prácticas como el matrimonio, los viajes de recreo, el consumo de productos extranjeros o la simple convivencia con personas de distinta nacionalidad. Funcionan, de acuerdo con Yuri Lotman, como estructuras discursivas que intentan limitar la penetración de lo externo en lo interno; establecer una separación entre lo propio respecto a lo ajeno, el filtrado de los mensajes externos y la traducción de estos al lenguaje propio. 

Este movimiento de la mirada, que vuelca su atención hacia la otredad, muy probablemente es una preocupación generacional, que habría estado motivada por las pérdidas territoriales sufridas por México entre 1835-1854 y la segunda intervención francesa (1862-1867), y que debieron pesar en el ánimo nacionalista de una juventud en ciernes. Recordemos que Laura Méndez nació y se educó en un país que si bien se encaminaba hacia su restauración, también se esforzaba por recomponer sus fronteras espaciales y culturales. 

Significativamente para su trayectoria, los nuevos retos de Laura tuvieron como paralelo su incursión en la escritura narrativa. Muchos de sus primeros relatos y crónicas fueron escritos durante esa larga estancia de ocho años en el puerto californiano, que debió dejar una impresión muy profunda en la autora, misma que ha quedado manifiesta en la construcción de los espacios, personajes y las situaciones que narra. Asimismo, en estas historias y crónicas es recurrente el motivo del viaje, en tanto que configura un espacio de frontera donde se ponen en juego distintos códigos morales que se traducen en comportamientos y rituales señalados por los personajes y narrador (en el caso de los cuentos) y por la autora (en el caso de las crónicas). Tales señalamientos no dejarán de mostrarse como reconvenciones sobre el peligro de las influencias extranjeras en las prácticas culturales que identificaban a los mexicanos de los extranjeros. 


Bibliografía

Bazant, Mílada. “Una musa de la modernidad: Laura Méndez de Cuenca (1853-1928)”. Revista Historia de la Educación Latinoamericana. Núm. 15. 2013: 19-50. 

Bazant, Mílada. Laura Méndez de Cuenca. Su herencia cultural. Tomos II y III. México: Siglo XXI, 2011.

Lotman, Iuri Mijáilovich. La semiósfera I. Madrid: Ediciones Cátedra, 1996. 

Méndez de Cuenca, Laura. Simplezas. París: Librería Ollendorff, 1910. 

Méndez de Cuenca, Laura, Crónicas y cuentos. Guadalajara: Editorial Universitaria, 2016. 

Romero Chumacero, Leticia. “Laura Méndez de Cuenca: el canon de la vida literaria decimonónica mexicana”. Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad. Vol. 29. Núm. 113. 2008: 107-141. 

Sánchez, José. Academias y sociedades literarias de México. México: University of North Carolina at Chapell Hill, 1951.

Sánchez, Roberto.  Laura Méndez de Cuenca: Simplezas y otros cuentos…Edición crítica, introducción, notas e índices. Ciudad de México. Dirigido por Pablo Mora. Universidad Nacional Autónoma de México. 2009.


Elizabeth Villa es una escritora con pasión por la literatura y docente especializada en la poesía de mujeres. Es una mujer interdisciplinaria cuyo amor por las letras y la historia la han llevado a investigar y recopilar las publicaciones impresas de poetas bajacalifornianas. Actualmente da clases en la Universidad Autónoma de Baja California, y en otras instituciones.


La Lengua de Sor Juana es una revista bimestral del Centro de Posgrado y Estudios Sor Juana ©. Av. Las Palmas 4394, Las Palmas, 22106 Tijuana.