Como todo lunes, Alejandra esperó somnolienta en la parada, ¡Debió ser su día de suerte! Porque, como de costumbre, la jauría de jóvenes se atiborraba como bestias sedientas para alcanzar un asiento en ese largo camión, azul y blanco. No se dieron cuenta del otro camión que llegó justo atrás.
Relato. “Las lluvias de Tijuana”
“Las bestias que viven en el cerro, o en los barrancos. Aparecen cuando escuchan a los niños chapoteando en los charcos que dejaron, son pequeñas trampas que se ven divertidas…’’
Relato. “El calor de Tijuana”
Sea lo que fuese, nadie pudo negar que ese calor rivalizó al infierno mismo, el sol arremetía con un odio tremendo hacia la comunidad de Tijuana.