Sea lo que fuese, nadie pudo negar que ese calor rivalizó al infierno mismo, el sol arremetía con un odio tremendo hacia la comunidad de Tijuana.
Relato. “La danza”
La punzada filosa no se detuvo, ni Abby tampoco, tarareando la canción, atraída y feliz, continuó hasta llegar a la zona más famosa del CECUT.
Relato. “Los túneles de Tijuana”
“Según decían, que en la punta del cerro había una cueva” su voz es pesada por los años de congojo y espera. “Mis hermanas eran muy aventureras, chiquillas traviesas que andaban de aquí para allá, descubriendo los secretos del universo”
“La 2000”
Fernanda se dio la vuelta, buscando el origen de esa voz, infantil y débil que rebotaba a su alrededor. “Llegó otra” La misma voz dijo con pesar.
Relato. “La Macro”
Cada 31, Ana siempre siente ese cosquilleo detrás del cuello. No es miedo, lo que pasa es que la plaza entera se sume en un silencio tenebroso, y puede convertirse verdaderamente en un sitio aterrador cuando no hay gente.
Relato. “Parque de la Amistad”
Esa fue la última vez que Sofía vio a Lorena. La noticia de su desaparición corrió como pólvora en la colonia. Fue un golpe doloroso para todas, Sofía incluida.
Relato. “Parque Morelos”
“¡Oigan!’’ Les gritó, su voz hizo un eco múltiple. “¿Todavía tienen mi paleta?” En su inocencia, Paula pensó que estaban jugando con ella, como siempre.
Relato. “Secundaria No. 33”
Desgraciadamente, las últimas horas, de los martes y viernes, eran con el profesor de Química, en uno de los salones más alejados, el horario de invierno no se veía tan atractivo ahora, nada lo era con el profesor de química cerca.
Relato. “Primaria Antonini Casaré”
“Oye, ¿Si escuchaste lo que dijo Héctor?”
“¿Qué dijo?” preguntó Ceci.
“Sí, sí escuché, pero quién sabe si sea cierto, siempre dice un montón de cosas, como la otra vez que dijo que volaba”.
Relato. “Lote No. 352”
Esa casa ya estaba ahí cuando llegaron. Tal vez con menos polvo y basura a su alrededor, pero igual de abandonada y lúgubre. Maricruz recuerda de niña jugar ahí con el resto de los vecinos de la cuadra, porque era el único lugar donde podían jugar a lo que fuera sin importar que pasaran carros.