“Otro día más de camino a la parada del autobús”.
Relato. “La lectora de cuerpos”
“Conocí a una mujer que sabía leer el cuerpo”.
Relato. “Asco”
“Tenía miedo de ir a clases y encontrármelo, porque sabía que en algún momento él me atacaría”.
Relato. “La limpia del niño”
“Marina, de 35 años, cree que la vida le sonríe de oreja a oreja”.
Relato. “Una noche con el dios del amor”
“Cuando yo era aún más joven y bella, me dio por leer a un escritor
latinoamericano que estaba en boga”.
Relato. “Mexicali y sus costumbres”
“Crecí en una ciudad especial, porque en ella solo se quedan quien realmente la ama”.
Relato. “Momentos imborrables”
“Corría el año de 1967 cuando llegué a vivir con mi familia a Zapotlanejo, un pintoresco pueblito de Jalisco. Ahí me tocó ir a una escuela de gobierno para niñas y todos los viernes nos exigían ir a confesarnos”.
Relato. “Sabor a cobre”
“El estruendo te arrancó del desmayo. No sabes con qué te golpearon detrás de la cabeza. Pudo ser una piedra del propio baldío al que te llevaron o un culatazo. El golpe fue seco”.
Relato. “Otay”
Como todo lunes, Alejandra esperó somnolienta en la parada, ¡Debió ser su día de suerte! Porque, como de costumbre, la jauría de jóvenes se atiborraba como bestias sedientas para alcanzar un asiento en ese largo camión, azul y blanco. No se dieron cuenta del otro camión que llegó justo atrás.
Relato. “Las lluvias de Tijuana”
“Las bestias que viven en el cerro, o en los barrancos. Aparecen cuando escuchan a los niños chapoteando en los charcos que dejaron, son pequeñas trampas que se ven divertidas…’’