Con ciega obediencia medité aquel consejo de mi madre. Era preciso andar solamente con los buenos. . .
Cartas a Gabriela. (Fragmento)
Me dices, que escriba mi biografía personal: es muy fácil. Mi derrota no se debe a mi educación, ni a mi tendencia a depender del marido, sino a lo ¡contrario!
¿Dedazo?
En rigurosa meditación de “mi caso”, a quién le debo el primer empujón es al ex senador y coronel Antonio Salazar Salazar. Lo digo sin resentimiento. ¡Qué va! Con sus embestidas subterráneas, constantes, me hizo más conocida en el medio político.
El libro vacío. (Fragmento)
Ya siento en el ánimo de quien lea esto ese desprecio tolerante que suscita el que cuenta cosas que sólo a él interesan. Veo escritas, escritas por mí, esas frases cuyo recuerdo todavía me estremece, y que sin embargo se quedan desnudas, dulzonas, porque no tienen ya, ni puedo lograr que tengan al escribirlas, eso que las hacías respetables y conmovedoras…
Mis libros. (Fragmento)
Si fuera posible escribir estas verdades con puntas de flechas pulidas por las manos cobrizas de comanches en guerra, lo haría, y lo haría sólo por el gusto de sentirme en el paisaje donde aún se respira la libertad heredada de nuestros ancestros.
Cartas a Ricardo. (Fragmento)
Hasta hoy, apenas, llegué aquí y tuve el gran gusto de recibir su carta y de que me informaran de viva voz de su telegrama.