Combatir la desinformación: Guía para reconocer la veracidad y validez de la información en línea

Combatir la desinformación: Guía para reconocer la veracidad y validez de la información en línea

Por Yesenia Beaven

La desinformación es más que noticias falsas. Es la creación y movilización de información manipulada con diversos fines como el de ganar dinero, obtener ventajas políticas, polarizar a las personas o generar odio (Greenpeace, 2019). La mayoría de las veces, quien propaga la desinformación está consciente de que este contenido no es verdadero y lo comparte de manera malintencionada. La manipulación de noticias no es algo nuevo, pero gracias a la tecnología se ha amplificado ya que es muy simple crear y difundir ideas en internet a través de imágenes, memes con datos erróneos, cadenas de Whatsapp o mensajes fraudulentos (Ireton & Posetti, 2018, 44).

Asimismo, Luis Romero (2014, 29) menciona en su tesis sobre la pragmática de la desinformación, que “la desinformación no necesariamente necesita de un agente externo desinformante”, sino que puede ser la propia persona quien en su proceso de entendimiento o memorístico altere información veraz y la comunique de forma distorsionada sin darse cuenta. De esta manera, también se puede considerar desinformación a aquella información errónea que se comparte sin mala intención, pero sí desconocimiento.

¿Qué propicia la desinformación?

A principios del 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que junto a la pandemia de Covid-19 también se ha esparcido una infodemia masiva; es decir, una sobreabundancia de información, alguna cierta y otra no, que dificulta a las personas encontrar fuentes y orientación confiables cuando más lo necesitan (World Health Organization, 2020). Debido al riesgo que implica la información errónea en la propagación del virus, es importante aprender a ser más hábiles y críticos en el consumo de contenido, sobre todo en redes sociales que es un espacio donde la desinformación abunda.

La velocidad con la que se producen y comparten contenidos en línea es otro factor clave en la difusión de la desinformación. En ocasiones nos dejamos llevar por la necesidad de saber y comunicar lo que está sucediendo en el mundo, y cuando creemos tener información novedosa e interesante no dudamos en compartirla, muchas veces sin verificar su autenticidad. Esto, por un lado, porque el acceso a la información es considerado parte esencial de nuestra modernidad y, por otro, porque estamos mucho más dispuestos a confiar y difundir ideas que nos den la razón en cuanto a lo que creemos (Greenpeace, 2019; Romero, 2014, 34). Sin embargo, hay que tener cuidado cuando decidimos compartir contenido del que no estamos muy seguros, pues la información errónea puede perjudicar directa o indirectamente a las personas, debido a las decisiones que toman a partir de que la reciben.

¿Cómo se presenta la información errónea en internet?

No está de más mencionar que no todo lo que encontramos en línea es cierto aunque lo haya compartido alguien que conocemos, y pese a que una información se comparta mucho, no siempre es veraz. Como ya se mencionó anteriormente, la desinformación se puede dar también por desconocimiento. Por eso, para contrarrestar la proliferación de información falsa es importante saber identificar las fuentes y el contenido poco confiable. En redes sociales esto puede manifestarse en forma de texto, imágenes, videos y audios. La siguiente tabla muestra los cuatro formatos principales de la desinformación en línea (Posetti & Bontcheva, 2020, 5).

Además de aparecer en diversos formatos (texto, video, etc.), la desinformación también varía en cuanto a la forma en que se narra el mensaje. La siguiente tabla se basa en datos obtenidos del manual Periodismo, noticias falsas y desinformación (Ireton & Posetti, 2018, 47-48) y presenta siete formas que se suelen utilizar para divulgar información manipulada o falsa en internet.

Desinformación y Covid-19

Entre otras cosas, la información errónea es peligrosa porque se difunde más rápido que la verídica. Tan solo un estudio publicado en la revista Science (Vosoughi et al., 2018, 2) sobre la divulgación de información en línea, encontró que las noticias falsas se difunden significativamente más rápido, más profundamente y más lejos que las noticias verdaderas. Un ejemplo es la red social de Twitter, donde lo falso se retuitea 70% más que lo real, quizá por su contenido en apariencia novedoso. No obstante, hoy más que nunca, cuando la pandemia por el Covid-19 sigue amenazando la vida de millones de personas, contar con información confiable puede ser cuestión de vida o muerte (Vosoughi et al., 2018, 4).

Hoy en día, esta desinfodemia o sobreabundancia de desinformación puede perjudicar la salud física y mental de las personas, incrementar la estigmatización e incitar el incumplimiento de las medidas de salud pública, lo que reduce su eficacia y pone en peligro la capacidad de frenar la pandemia del Covid-19 (OMS, 2020b). Además, son cada vez más los casos en que la desinfodemia ha cobrado vidas debido a que muchas personas están siendo engañadas; algunas mueren por una tranquilidad injustificada y otras por recurrir a remedios falsos (Posetti & Bontcheva, 2020, 3).

Consejos para consumir información en línea

Para ser más hábiles en el consumo de información en internet es necesario saber distinguir y examinar tres elementos fundamentales: la fuente que es quien crea o difunde el mensaje con una intención; el mensaje, que puede tener las características de las tablas anteriores, y el intérprete, que es quien recibe el mensaje (podemos ser nosotros mismos o personas a nuestro alrededor) y desde el propio conocimiento y contexto personal lo entiende de cierta manera. Toda información contiene estos tres elementos, sea verdadera o no; por eso es importante observar con atención a cada uno (Ireton & Posetti, 2018, 48).

Estas son algunas preguntas para hacerte a ti mismo sobre lo que consumes en línea. Te pueden ayudar a detectar contenido erróneo o malintencionado, así como a verificar fuentes confiables de información (Moceri, 2017):

Para combatir la desinformación en línea es necesario que todos intervengamos, no solo las autoridades o los medios de comunicación. ¿Qué podemos hacer como usuarios de internet? Aquí algunos consejos.

La abundancia de información y la necesidad de poner atención a tantos detalles para corroborar la validez del contenido que consumimos en línea puede ser abrumador y estresante; sin embargo, toda destreza mejora con la práctica y el tiempo. Además, como miembros de una sociedad es nuestra responsabilidad hacer lo que esté en nuestras manos para hacerla prosperar, y una comunidad bien informada y con mejor capacidad de análisis en el consumo de contenido en línea es una comunidad que toma mejores decisiones, lo que contribuye a su propio bienestar y el de sus contemporáneos.


Referencias

Greenpeace. (21 mayo de 2019). ¿Qué es la desinformación? Greenpeace España. https://es.greenpeace.org/es/en-profundidad/asi-funciona-la-desinformacion-en-whatsapp/que-es-la-desinformacion/

Ireton, C., & Posetti, J. (2018). Journalism, fake news & disinformation. United Nations Educational, Science, and Cultural Organization. https://en.unesco.org/sites/default/files/journalism_fake_news_disinformation_print_friendly_0.pdf

Moceri, A. (28 marzo de 2017). Una guía para saber qué es real, falso o mal periodismo en el ecosistema mediático. Foro Económico Mundial. https://es.weforum.org/agenda/2017/03/una-guia-para-saber-que-es-real-falso-o-mal-periodismo-en-el-ecosistema-mediatico

OMS. (23 septiembre de 2020a). Cómo señalar la información errónea publicada en línea. WHO. https://www.who.int/es/campaigns/connecting-the-world-to-combat-coronavirus/how-to-report-misinformation-online

OMS. (23 septiembre de 2020b). Gestión de la infodemia sobre la COVID-19: Promover comportamientos saludables y mitigar los daños ‎derivados de la información incorrecta y falsa. WHO. https://www.who.int/es/news/item/23-09-2020-managing-the-covid-19-infodemic-promoting-healthy-behaviours-and-mitigating-the-harm-from-misinformation-and-disinformation

Posetti, J., & Bontcheva, K. (3 septiembre de 2020). Desinfodemia. Descifrando la desinformación sobre el covid-19. UNESCO. https://en.unesco.org/sites/default/files/disinfodemic_deciphering_covid19_disinformation_es.pdf

Romero, L. (2014). Pragmática de la desinformación: estratagemas e incidencia de la calidad informativa de los medios (tesis doctoral). Universidad de Huelva.

Vosoughi, S., Roy, D., & Aral, S. (2018). The spread of true and false news online. Science, 359(6380), 1146-1151. https://science.sciencemag.org/content/sci/359/6380/1146.full.pdf

World Health Organization. (2 febrero de 2020). Situation reports. WHO. https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/situation-reports/20200202-sitrep-13-ncov-v3.pdf?sfvrsn=195f4010_6


Yesenia Beaven

Es licenciada en Comunicación, actualmente cursando la maestría en Cultura Escrita. Con 8 años de experiencia en medios audiovisuales, comunicación digital y contenido escrito.    


La Lengua de Sor Juana es una revista bimestral del Centro de Posgrado y Estudios Sor Juana ©. Av. Las Palmas 4394, Las Palmas, 22106 Tijuana.

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