Por Nonancy Estrada
Llenas la cazuela de agua y la llevas a fuego esperando que hierva, montas la tabla de madera y cuchillo, ves el filo girándolo un poco y quedas complacida, picas medias lunas de betabel, zanahoria, coliflor, cebolla y calabacitas. Separas un poco del agua hirviendo y metes unos chiles a ablandar para que después no te den pelea al molerlos. En el resto del agua, todavía a fuego, sancochas las verduras en orden de las más duras, primero el betabel, zanahoria, coliflor, cebolla y por último la calabacita. Valiente, las rescatas del hervor en cuanto las notas blandas y las bañas en agua fresca, esperando a que dejen de estar calientes.
Mueles con ajo los chiles que tenías blandos y los revuelves con verduras añadiendo tantita canela y pimienta. Tomas el plato blanco de adornos azul rey y colocas las verduras ensalzadas desfilando formas en abanico y colores llamativos. Colocas rodajas de manzana, pasas, almendras y un toquecito de orégano triturado con tus manos.
Bibliografía
Garza Marcué, R. M. y Vázquez Ahumada, C. (2017) MUJERES CONSTRUYENDO UN MUNDO: las recetas del Convento de Santa Mónica en Puebla. INAH.
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