Elena Garro y el reencuentro con los personajes de su pasado: contexto histórico

Elena Garro y el reencuentro con los personajes de su pasado: contexto histórico

Por Andrea Pérez


El canon literario y la enseñanza de literatura es un monopolio de lo masculino: autores premiados, vanguardistas, exponentes de ciertos géneros. Mientras las autoras son relegadas, opacadas y omitidas; por la brillantez de sus parejas, por su postura política o por acontecimientos sociales que mancharon su nombre. La crítica y el análisis de la literatura, de la mano con distintas teorías se dan a la tarea de evaluar la construcción de las obras y su relación con la realidad social. Ahora, estas herramientas de análisis se ven acompañadas y complementadas con estudios de género y de teoría(s) feminista(s) para cambiar el paradigma de la literatura de mujeres.

En esta investigación se va a abordar la vida y obra de la autora mexicana Elena Garro, quien es una de las figuras literarias más destacadas de México, pero no lo suficiente para ser parte de la mesa de los importantes, la cual está ocupada principalmente por hombres. Tal vez por la (des)fortuna de ser una autora y no un autor, o quizá por ser relegada a “la esposa de” y no su nombre de pila. Este trabajo partirá desde su biografía, incluyendo algunos de los movimientos sociales en los que se vio envuelta y datos sobre su matrimonio con Octavio Paz (hecho por el que se le reconoce más que por su literatura), se enumerará su producción literaria desde cuentos, teatro, reportajes y novelas. Finalmente se aterrizará la recepción, sinopsis y análisis de la novela elegida, Reencuentro de personajes

Es importante que se reconozca la labor artística, literaria en este caso, de las mujeres, pues el canon y la crítica es mayormente acaparado por hombres. Para realizar el análisis de la obra Reencuentro de personajes (1982) se retomarán las propuestas de teóricas feministas de Nattie Golubov y Toril Moi sobre cómo leer y pensar una obra literaria escrita por una mujer, desde la construcción de las personajes1, hasta la representación y crítica que ejerce la autora a través de su obra. Además de algunos elementos de análisis de discurso y la literatura autobiográfica.

Elena Delfina Garro Navarro fue una guionista, periodista, dramaturga, cuentista y novelista mexicana. Fue criada en una familia de izquierda y realizó activismos en pro de los campesinos necesitados. Ingresó a la carrera de Letras Españolas en la Universidad Nacional Autónoma de México, mostrando interés por la danza y el teatro, incluso participó en varias obras. Años después ella las escribió. Dejó sus estudios inconclusos al contraer matrimonio con Octavio Paz en 1937, a los 21 años, a escondidas de sus padres.

De acuerdo con la Enciclopedia de la literatura en México, en 1941, comienza su carrera como periodista. Se conoce su producción gracias al rescate de Patricia Rosas Lopátegui, quien en un trabajo de investigación recopiló sus publicaciones de periodismo. Uno de los trabajos más valiosos de Garro fue “Mujeres perdidas”, una investigación en el reformatorio de mujeres menores para recoger testimonios sobre los abusos que se cometían allí dentro. 

En 1953, a causa del diagnóstico de mielitis, se muda a Suiza, donde continúa con su producción literaria. En 1959 se divorció de Octavio Paz, entonces asegura que toda su vida él ha sido su enemigo. Afirma actuar contra él, escribir contra él, leer contra él; Octavio Paz fue su mayor enemigo tanto por su posición política conservadora como por el machismo con el que la trató durante el matrimonio. Esto se ve reflejado y denunciado en varias de sus obras. Declaró en muchas ocasiones que todo lo que escribía era autobiográfico.

La postura política de Elena Garro siempre se consideró incómoda para el gobierno. Estuvo mucho tiempo luchando lado a lado con los campesinos e indígenas por la recuperación de sus tierras, justo cuando el país atravesaba una serie de cambios sociales. Su actitud crítica ante las dictaduras de izquierda y el autoritarismo del PRI en México, la convirtieron en blanco para los gobiernos de derecha. Su participación en los movimientos sociales de los 60´s la llevaron a persecuciones y un exilio prolongado. Entre 1963 y 1964 fue un blanco para el gobierno estadounidense; sobre todo para la CIA, después del asesinato de John F. Kennedy, por la supuesta información y denuncia que puso del asesino del presidente.

En México, su vida y producción literaria fue interrumpida por su ambigua participación en los movimientos estudiantiles en 1968. Además, fue objetivo de conspiraciones y persecuciones. Dichos eventos comenzaron en julio, cuando La Central Nacional de Estudiantes Democráticos organiza una marcha estudiantil para exigir la inmediata libertad de los presos políticos junto a un pliego de peticiones que beneficiarían a la comunidad estudiantil. El 1 de agosto del mismo año, se crea el Consejo Nacional de Huelga (CNH), conformado por estudiantes y maestros de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, las escuelas normalistas, El Colegio de México y algunas otras universidades estatales.  Un mes después tiene lugar La Marcha del Silencio, una manifestación de más de 250,000 personas, en la que los asistentes marcharon en silencio para evitar que la policía pusiera como pretexto la provocación por parte de los estudiantes para realizar actos de represión. En la Ciudad de México, el 2 de octubre, ocurriría la Matanza de Tlatelolco, un acto de represión en contra de los manifestantes; la mayoría de ellos estudiantes de nivel medio superior y superior.

Se dice que Garro asistió a un par de reuniones de la Asamblea de Intelectuales, Escritores y Artistas en apoyo del Movimiento Estudiantil, sin embargo, Garro siempre declaró que no simpatizaba con el movimiento porque lo consideraba “Complot de cobardes, intelectuales y estudiantes”. Posteriormente, Sócrates Campos Lemus la señaló como líder del movimiento estudiantil y de un complot comunista para derrocar al gobierno. Se le acusa de divulgar nombres de intelectuales que simpatizaban con el movimiento como: Luis Villoro, José Luis Castañeda, Jesús Silva Herzog, Ricardo Guerra, Rosario Castellanos, Roberto Páramo, Víctor Flores Olea, Francisco López Cámara, Leopoldo Zea, José Escudero, Eduardo Lizalde, Jaime Shelley, Sergio Mondragón, José Luis Cuevas, Leonora Carrington y Carlos Monsiváis.

Ante las acusaciones, Garro organiza una rueda de prensa para desmentir la información, sin embargo, los medios aseguran que fungió como delatora proporcionando nombres de algunos intelectuales dirigentes de las manifestaciones, que según Garro, utilizaron a los estudiantes como “carne de cañón” en el Movimiento Estudiantil de 1968 que concluyó en la Matanza de Tlatelolco. 

Otras fuentes, como su hija, Helena Paz, aseguran que Garro fue acusada falsamente e inculpada debido a su cercanía con el político Carlos Madrazo (quien se cree fue víctima de un asesinato político), expresada a través de su trabajo periodístico. Además declaran tanto Elena como su hija, que después de lo acontecido con el movimiento estudiantil, comenzaron a recibir amenazas de muerte y a ser espiadas. Estuvieron detenidas en un hotel de Ciudad de México por la Dirección Federal de Seguridad durante dos meses.  

Tres años después del suceso, el 10 de junio, nuevamente los estudiantes de la UNAM y el IPN salieron a las calles de la Ciudad de México para exigir al gobierno del presidente Luis Echeverría, mayor libertad política y la democratización de la enseñanza. La manifestación pacífica fue reprimida violentamente por un grupo paramilitar conocido como Los Halcones el cual abrió fuego contra los manifestantes dejando un saldo de decenas de muertos y heridos. Este hecho es conocido como La Matanza del Jueves de Corpus.

A raíz de esto, se exilió de México con su hija, primero llegaron a Estados Unidos donde le negaron asilo político por el caso de Kennedy. Posteriormente llegaron a España para finalmente acabar en París hasta 1990. En 1991, un grupo de intelectuales y escritores orquestó el regreso de la escritora a México, donde a pesar de la leyenda negra del 68, es recibida cálidamente. Fallece 7 años después, en 1998, en Cuernavaca. Su bando en este fenómeno es prácticamente un misterio, sin embargo fue determinante para su vida privada y la recepción de su obra. 

Su carrera literaria se divide en dos: un volumen de obras de teatro aclamadas por la crítica, estudiadas y puestas en escena constantemente, llega su novela Los recuerdos del porvenir (1963). Esta obra no iba dirigida a publicación, fue su hija Helena quien rescató el manuscrito del fuego. Se le otorgó el Premio Xavier Villaurrutia. La segunda etapa continúa después del exilio de 1968, cuando reside con Helena en París y envía sus obras a México para su publicación debido a falta de dinero. 

Escribió alrededor de 38 cuentos, novelas, obras de teatro, testimonios y reportajes; Memorias de España, 1937; Mujeres perdidas. Reformatorio para señoritas, 1941; Un hogar sólido, 1958; El rey mago, 1958; La mudanza, 1959; La señora en su balcón, 1959; El árbol o fragmento de un diario, 1958; Perfecto Luna, 1958; El día que fuimos perros, 1962; Nuestras vidas son los ríos, 1963;  El árbol, 1963; La dama boba, 1963; Los Recuerdos del Porvenir, 1963; La Semana de Colores, 1964; Testimonios sobre Mariana, 1964 (Premio Grijalbo);  La culpa es de los tlaxcaltecas, 1964; El duende, 1964; El zapaterito de Guanajuato, 1964; ¿Qué hora es?, 1964; Los perros, 1965; Era Mercurio, 1965; Felipe Ángeles, 1967; Andamos huyendo Lola, 1980; El rastro, 1981; Reencuentro de personajes, 1982; La casa junto al río, 1983; Matarazo no llamó, 1991; Inés, 1995;  Busca mi esquela, 1996; Primer amor, 1996; Un Traje rojo para un duele, 1996; Revolucionarios mexicanos, 1997; Mi hermanita Magdalena, 1998. En publicación póstuma: Parada San Ángel, 2005; Socrates y Los Gatos, 2009. También fue premiada con el Premio Bellas Artes de Narrativa Colima para Obra Publicada y el Premio Sor Juana Inés de la Cruz (1996).  La obra que será analizada en la segunda parte de esta investigación es Reencuentro de personajes, publicada en 1982 mientras la autora se encontraba lejos de México, durante su exilio en París.


Notas

1 Para este trabajo se utilizará el plural femenino cuando se aborde una mayoría de mujeres. Esta herramienta de representación se toma de la propuesta de María Cristina González y Yamile Delgado de Smith en su trabajo Lenguaje no sexista: una apuesta por la visibilización de las mujeres (2006).


Bibliografía

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Moi, T. (1988). Teoría literaria feminista. Titivillus. 

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Andrea Pérez

Andrea Monserrath Pérez González es originaria de la Ciudad de México. Estudiante en la licenciatura de Lengua y Literatura Hispanoamericana en la Universidad Autónoma de Baja California. Participó en los foros de LinoTalks: Abortos desde la perspectiva médica; y Daniela Vázquez: Sociología y Feminismo. Actualmente es fundadora y coeditora de Amazonas Editorial; redactora y gestora de redes sociales en Linotopia.


La Lengua de Sor Juana es una revista bimestral del Centro de Posgrado y Estudios Sor Juana ©. Av. Las Palmas 4394, Las Palmas, 22106 Tijuana.