El postre de leche es perfecto para cualquier evento u ocasión y responde al típico pastel mexicano. Está bañado en dulce para deleite de todo comensal. Para comenzar necesitaremos 3 tazas de leche fresca que pondremos a cocer entre 10-15 minutos hasta verla reducirse, justo después la apartaremos del fuego para dejarla enfriar y mezclarla […]
Rosquitas fritas
Esta receta es ideal en días muy fríos, las fiestas navideñas, o para curar un corazón roto.
Rosquitas de almendra
Las monjas del convento de Santa Mónica de Puebla no tenían acceso a mangas pasteleras de plástico ni a papel de cocina, por lo que recurrían a herramientas como las jeringas de vidrio para crear formas intrincadas como estas rosquillas sin moldes.
Zapotes blancos en conserva
El zapote blanco es una fruta de forma redonda con menores diámetros transversos al acercarse a uno de sus polos, lo que le da una forma que recuerda a la pera.
Bizcochos rellenos
Los bizcochos a los que se refiere esta receta son como las modernas mantecadas o cupcakes, quizá un poco más grandes y sin ningún tipo de glaseado.
Sopa de leche de almendras
Hierve la leche con azúcar, canela y un poco de harina. Una vez que la mezcla llegue al punto de hervor, cuela y regresa a la lumbre agregando almendras molidas poco a poco en dosis proporcionadas para que hierva más. Después, viértela a las rebanadas de pan o bizcocho que se tendrán prevenidas en una […]
Ante de natillas
El ante es un antiguo platillo hecho de pan dulce (tradicionalmente el marquesote o mamón), que se baña en una mezcla de almíbar y pulpa de fruta, decorado con piezas de la misma fruta.
Sopa de marquesote
El nombre de este pan es originario de Oaxaca; se dice que lo llamaron marquesote en honor a Hernán Cortés, quien fue condecorado como Marquesado del Valle de Oaxaca.
Conserva de guindas deshuesadas
La guinda es una fruta hermana de las cerezas. Se parecen muchísimo, excepto que la guinda es levemente más redondeada y con aspecto acorazonado.
Budí
Deshace con sus manos un kilo de requesón en una cazuela, poniendo especial atención en los trozos más grandes, mientras los hace le llega el olor ácido de la leche cuajada; recuerda cuando eran niños y ayudaban a escurrir el suero. Se lleva un poco de requesón a la boca y lo deshace entre el paladar y la lengua.